Después de 120 horas incomunicad@s en manos de la Guardia Civil, Arantza Zulueta, Jon Enparantza, Iker Sarriegi, Nahia Zurriarain y Saioa Agirre han sido enviad@s a prisión.
Torturas en comisaría
Según ha avanzado el movimiento pro amnistía, Naiara Zurriaran y Saioa Agirre han denunciado que sufrieron acoso sexual y tocamientos. A los golpes y presiones se sumaron las amenazas de la "bolsa" y a Zurriaran le ataron las manos con goma espuma y le metieron en un pequeño habitáculo.Las dos jóvenes relataron al médico forense y al juez Fernando Grande-Marlaska el trato sufrido en dependencias de la Guardia Civil.
A José Luis Gallastegi le obligaron a mantener posturas forzadas y a realizar flexiones hasta la extenuación. Los guardia civiles le amenazaron con la "bolsa", la "bañera" y los electrodos.
Seguramente no serán los últimos vascos detenidos, torturados y encarcelados, pero en este caso resulta especialmente grave que el Ministerio de la Guerra actúe contra ex-pres@s y contra abogados que habitualmente defienden a l@s pres@s polític@s. A estos últimos se les ha detenido, incomunicado, criminalizado y encarcelado. Han registrado sus despachos profesionales para conseguir a información sobre casos que probablemente estén abiertos en la Audiencia Nacional. Y sobre todo, dejan indefensos a los presos y presas, en un momento en el que sufren más agresiones que nunca por parte del Estado que los tiene cautivos. La necesidad de parar a este Estado fascista es una cuestión de dignidad, porque es un pueblo entero lo que tienen en el punto de mira.
Además, el joven Alberto Marín Etxebarria ha sido detenido por la Ertzantza en el Casco Viejo de Bilbo, acusado de participar en el sabotaje de un cajero automático.
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