Ha comenzado en el Tribunal de excepción el juicio contra los navarros Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel Santisteban. Otro juicio más contra independentistas vascos, pero en éste, tanto por la trascendencia de la acción que les imputan como por la cuantía de las penas solicitadas (900 años para cada uno), subyacen ciertas cuestiones.
Lo primero es que parece que a los medios se les olvida que las acusaciones contra Portu y Sarasola están basadas en sus propias autoinculpaciones en comisaría. Tenemos que recordar que Igor Portu fue ingresado grave en el hospital de Donostia mientras se encontraba detenido, y que Mattin Sarasola denunció a su vez salvajes torturas. Pero es que además, los mass media repiten como una coletilla que con la acción contra la T-4 "ETA dinamitó el alto el fuego y puso fin al proceso de paz que se estaba desarrollando". Esta frase parece sacada de los manuales contrainsurgentes de Rubalcaba, más que ajustarse al mínimo rigor periodístico. Porque lo cierto es que ETA ratificó el alto el fuego en un comunicado publicado a principios de enero. Y también es cierto que representantes del Gobierno español y ETA, así como del PSOE y Batasuna, mantuvieron conversaciones en Mayo de 2007. ETA dio por finalizado el alto el fuego el 27 de Mayo, ante "la falta de mínimas condiciones para poder desarrollar un proceso democrático." También es cierto que a organización armada realizó hasta tres llamadas previas avisando de la explosión, y que a la mujer de uno de los dos fallecidos no la permitieron acceder a donde se encontraba su marido, tristemente fallecido. Sobre la utilización política de las muertes, finalizamos con un interesante artículo:
"Estas muertes de compatriotas son tristes, pero más lo son las de otros muchos ecuatorianos que mueren en los campos españoles. Una compañera en Valencia murió en mis brazos. Era joven. Murió de fatiga y mala alimentación. Otra compañera murió con los brazos podridos. Se le congelaron en Murcia recogiendo la alcachofa en enero. Les obligaban a trabajar tan rápido que los brazos se le congelaron. Y no pueden protestar, no tienen papeles. Son esclavos. Trabajan sin apenas sueldo, sin comida. Mueren y ustedes no se enteran." (La Vanguardia, 29 de enero de 2007). Pedro Pachay, ecuatoriano residente en Bilbao.
"Una mentira repetida mil veces se acabará convirtiendo en verdad."
Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi.
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